26.2.10

TALENTO

El talento musical se tiene o no se tiene, por mucho que algunos quieran revestirlo de virtuosismo pirotécnico y darnos gato por liebre. Así, tenemos por un lado a los que hacen gala ostentórea de lo poco que les queda, aferrándose al recuerdo colectivo de ajados laureles y no entregándonos un disco digno de mención durante lustros. A bote pronto, se me ocurren ejemplos como los de U2, Eric Clapton, Rolling Stones y demás trasnochados dinosaurios que aún pululan por la escena musical para martirio nuestro, en lugar de retirarse y vivir de los jugosos royalties que a buen seguro sus exitos pretéritos les reportan.
Por otro lado nos encontramos con los que directamente no lo tienen pero creen tenerlo, alentados por una plétora de interesados tipo bailame-aquí-el-agua-que-me-estoy-forrando. Estos son publicitados hasta en el telediario, sustentados en una estudiada campaña publicitaria de la discográfica de turno. En este caso os refiero directamente a cualquier lista radioformulera del mundo real, en el que lamentablemente vive la mayoría, ese que se alimenta tan sólo de emociones epidérmicas vía hilo musical.
Afortunadamente, también existen aquellos en los que el talento borbotea cual geyser interno, siempre en estado de ebullición, fruto de una personalidad única que necesita expresarse a toda costa. Ejemplos hay muchos, pero voy a supeditarme a la más estricta actualidad del momento con un par de novedades bien diferentes pero con el común denominador del talento con mayúsculas.

Para quién no lo conozca, decir que Gil Scott-Heron fue una influencia fundamental en la génesis del rap tal como lo conocemos, mediante su personal uso del spoken word (poesía hablada) de tintes reivindicativos con raíces en el soul-jazz y más adelante en el sonido disco, durante la década de los 70. Ya sexagenario, vuelve ahora a la palestra con un disco de irónico título, I'm New Here. Su retorno se produce tras una larga estancia en el lado salvaje de la vida, con una fuerte adicción al crack y a todo tipo de sustancias prohíbidas así como una, digamos difícil relación con la justicia. Su retorno en este 2010, es una visceral e impactante colección de canciones impregnadas de sonidos contemporaneos, subrayadas por la imponente voz de un artista que ya esta de vuelta de todo. 

Os dejo primero uno de sus clásicos, precisamente relacionado con la adicción a la droga, en este caso al alcohol.


Gill Scott Heron - The Bottle





Y a continuación una muestra de su nuevo lp, con la fantástica labor en el estudio de Richard Russel, un fan suyo de toda la vida, que fue a la carcel a proponerle la producción de este demasiado breve I'm New Here, que ahora podéis disfrutar.


Gil Scott-Heron - Me And The Devil




 Pasamos ahora del talento sabio atesorado durante años al que mana fresco de la fuente de la juventud. Se trata de JOANNA NEWSOM, una no tan tierna jovencita que con tan solo 27 años ya ha publicado tres joyas de folk-pop en la última decada. Perteneciente a una familia de músicos de formación clásica, su obra bebe de orígenes tan diversos como la música medieval con harpa, la celta, el jazz o el folk. Más que canciones compone pequeñas sinfonias de más de 6 minutos, sin duda no aptas para el consumo rápido. En este 2010, la srta. Newsom nos propone una vez más, tras su aclamado Ys, un exigente ejercicio para el oído con un ambicioso triple EP que lleva por nombre Have One On Me. En él encontraréis alambicadas composiciones llenas de recovecos que os pondrán a prueba a menudo, pero que a su vez os deleitarán si tenéis el suficiente acopio de interés para descubrirlos y así poder apreciarlos plenamente. Lo que es seguro es que esta rara avis de aniñada y estridente voz, no dejará indiferente a nadie.

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